miércoles, 22 de agosto de 2012

17, 18 y 19 de agosto


Como la gran mayoría de chivanos, pendiente de que lleguen los días 17, 18 y 19 de agosto, seas pro o anti taurino, las fiestas populares mezclan a veces sentimientos encontrados, después de haber estado casi un año sin venir por el pueblo y de haberme dedicado a hacer proselitismo de Chiva por fin llegan llegan las fechas tan deseadas, el proselitismo transmite entusiasmo y curiosidad, curiosidad por descubrir aquello que has estado ensalzando durante tanto tiempo y con tanto ahínco, así que vengo a mi pueblo acompañado de dos compañeros de trabajo, compañeros que de ninguna manera quieren perderse lo que promete ser unos días de fiesta y alegría.

La primera sorpresa se la llevan mis amigos cuando llegamos a la plaza y  la tan cacareada, por mi, fuente de “los veinte chorros y la chorra” se ha convertido en una fuente seca de la que no sale una gota de agua, fuente que además de estar seca desprende un olor nauseabundo en torno a ella que impide acercarse a la misma, uno piensa “siempre nos quedará la balsa” y efectivamente nos queda la balsa porque quitarla de ahí es imposible, una balsa que se ha convertido en una especie de charca de aguas color “verdemierda” que apestan y huelen a algo parecido a lo que podría ser el azufre de “Pedro Botero”, vamos que la previsión de echarse agua de la fuente y zambullirse en la balsa es una idea a rechazar de inmediato,  entre otras cosas por “imperativo legal”, aunque no hacía falta que lo indicaran, cualquiera en su sano juicio es incapaz de zambullirse en semejantes aguas, pero siempre es de agradecer que se advierta, por aquello de los temerarios o despistados.

Tras rechazar la posibilidad de mojarnos, por falta de agua, o la de bañarse, por razones obvias, decidimos refrescarnos por el interior, para eso nos acercamos al bar de “los jubilados o ex jubilados”, me queda la duda porque el que era o es presidente de los jubilados está allí a todas las horas que vamos, así que no se si todavía es el “hogar del jubilado” el “hogar del jubilado de un sector” o que es, lo bien cierto es que pedimos unas cervezas y salimos a la calle a tomarlas ¡en que mala hora!, un olor a basura corrompida, a lixiviados añejos y con solera y, a falta de limpieza e higiene invade toda la zona, imposible tomarse una cerveza en la calle, mis amigos empiezan a mirarme, que no a admirarme, con cara de ser el autor de una gran mentira, de una falsedad sobre las fiestas y el pueblo ¿donde está el agua de la fuente? ¿en que balsa nos íbamos a bañar? ¿donde están las terrazas para cenar o tomar algo, en el rincón no se puede por el olor de la fuente y en el de los jubilados por el de los contenedores?

Tengo la “ feliz ocurrencia” de desagraviar a mis amigos ofreciéndoles una nueva ruta turística, vamos a ir a San Isidro para ver las ocas y los patos en un “hábitat natural” en una zona húmeda y con fuente, vamos casi un paraíso en palabras mías; así que cogemos la calle que va al “Canario”, yo pensaba que ir por las calles estrechas es más típico y además hay más sombra ¡en que mala hora!, el nuevo formato de calles de “adoquienes que no de adoquines” adoquienes porque nadie sabe quienes deben circular ni por donde ¿por donde deben circular los peatones o los coches en una calle que todo es igual? lo que resulta indiscutible es que al final el más fuerte, el coche, acaba por acaparar todo el sitio. Bueno a lo que íbamos, nada más empezar a andar por la calle de los adoquienes uno de mis compañeros tuvo un tropezón con uno de los adoquines, que casi le cuesta una visita de urgencia al dentista, no es que vaya arrastrando los pies, no, ni tampoco que la cerveza, una, se le hubiera subido a la cabeza para hacerle perder el equilibrio, no, lo que pasa es que la calle está llena de hoyos y de baches, las rejillas para el agua de lluvia sueltas, vamos una autentica chapuza, pero no una chapucilla, no, una CHAPUZA en mayúsculas y con todas sus letras, una calle como esa recién hecha y con esos hoyos y baches no merece otro calificativo.

Pero si no tenía bastante con los episodios anteriores, faltaba llegar a San Isidro, ya antes de llegar y debido al hediondo olor comencé a plantearme si la idea habría sido tan buena, la duda ofende ¡había sido mala!, cuando llegamos y nos encontramos otra fuente, de la que yo había presumido de su potencia, seca, y un charco de aguas putrefactas, no de color “verdemierda” sino de mierda de color verde, con unos patos y ocas que milagrosamente sobreviven en esa ciénaga a empellones, el calificativo de charco hace mucho tiempo que lo había perdido, no sabía que decir ni de que forma justificar todos los “engaños” que había contado a mis compañeros, hasta que uno de ellos me dijo 

¿de verdad que con lo que hemos visto el PP tiene mayoría absoluta en el ayuntamiento? 

¿que llevaban los demás partidos en sus programas?